3 de noviembre de 2008

Para pensar...


"Si llegare algún monje peregrino de lugares distantes, con deseos de vivir como huésped en este monasterios, y se amoldara a las costumbres que aquí encontrare, sin alterar por su prodigalidad la paz del monasterio y dándose por satisfecho con lo que éste le brinde, podrá quedarse aquí todo el tiempo que desee.

Si, por otra parte, hallase en algo algún defecto, y lo hiciera notar razonablemente, con humildad y caridad, el Abad discutirá su queja prudentemente, no sea que Dios haya enviado al peregrino justamente para tal objeto. Pero, si se mostrara murmurados y contumaz durante su permanencia como huésped, se le dirá honradamente que debe partir. Si no se fuere, que dos monjes fornidos, en nombre de Dios se lo expliquen mejor"

No hay comentarios: